ACERCARSE A DIOS A TRAVÉS DE MARÍA
Como dice Sta. Teresa de Jesús: la oración es “tratar de
amistad a solas con quien sabemos nos ama” (Libro de la Vida)
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres
de gracia; el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
LA SALVE
Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos,
gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues,
Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos,
y después de este destierro
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos,
gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues,
Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos,
y después de este destierro
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
OFRECIMIENTO A LA SANTÍSIMA VIRGEN
¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a
ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis
oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo
Oh Madre de bondad, guardame y defiéndeme como a pertenencia y posesión tuya.
Amén.
ACORDAOS… (ORACIÓN DE SAN BERNARDO)
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen
María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra
protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido
abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre,
Virgen de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me
atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Madre de
Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y
dignaos atenderlas favorablemente.
BAJO TU AMPARO
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No
desoigas nuestras súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes
bien, líbranos de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.
BENDITA SEA TU PUREZA
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, Madre mía¡
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, Madre mía¡
MAGNIFICAT
Proclama mi alma la grandeza del
Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad
de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas
las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es
Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo,
dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y
enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos
despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo,
acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en
favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos.
Amén.
PRÉSTAME, MADRE…
Préstame, Madre, tus ojos, para
con ellos mirar, porque si por ellos miro, nunca volveré a pecar.
Préstame, Madre, tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.
Préstame, Madre, tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua patena de amor y de santidad.
Préstame, Madre, tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame, Madre, tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierto con tu manto al Cielo he de llegar.
Préstame, Madre a tu Hijo, para poderlo yo amar, si Tú me das a Jesús, ¿qué más puedo yo desear?
Y esa será mi dicha por toda la eternidad.
Préstame, Madre, tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.
Préstame, Madre, tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua patena de amor y de santidad.
Préstame, Madre, tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame, Madre, tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierto con tu manto al Cielo he de llegar.
Préstame, Madre a tu Hijo, para poderlo yo amar, si Tú me das a Jesús, ¿qué más puedo yo desear?
Y esa será mi dicha por toda la eternidad.
ORACIÓN A LA VIRGEN DE LOS MILAGROS
Oh Virgen de
los Milagros, tierna Madre del Señor,
hoy acudimos
ante ti con todo nuestro fervor,
escucha de
tus hijos su más sentido clamor
y dirige
hacia nosotros la mirada de tus amorosos ojos,
no nos dejes
sin tu auxilio en las desolaciones y llantos
ilumínanos
en las penas y tristezas con tu amor,
danos
esperanza y alivio cuando nos invada la aflicción.
Santa María
de los Milagros, Madre del Redentor,
Excelsa
Señora depositaria de los dones del Señor,
en estos
momentos aciagos precisamos tu comprensión,
ampáranos y
con tus manos bondadosa concédenos favor,
alivia los
problemas y dificultades que nos causan desazón.
Tú que
tantos milagros derramas a los que van a ti con devoción
haz en
nuestras vidas un milagro y danos solución
para este
grave circunstancia que nos duele y rompe el corazón:
(pedir lo
que se quiere conseguir)
Nuestra
Señora de los Milagros, Reina de misericordia,
asístenos
con tu poderosa intercesión
y nuestros
males, preocupaciones y necesidades remedia
ayúdanos en
la lucha, danos fortaleza y valor,
guía
nuestros pasos y alumbra nuestros caminos
¡ruega por
tus hijos ante Dios!
extiende
sobre nosotros el celeste manto de tu protección
libéranos de
enemigos y peligros
danos salud,
trabajo, prosperidad y amor,
llena
nuestros hogares de justicia, fe, esperanza y caridad,
y uno a uno
danos refugio y tu bendición de paz.
¡Virgen de
los Milagros, Madre compasiva,
no nos
desampares ni en la muerte ni en la vida!
Amén.
DESDE QUE AMANECE EL DÍA
Madre mía: Desde que amanece el día, bendíceme;
en lo rudo del trabajo, ayúdame;
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme;
en las tentaciones y peligros, defiéndeme;
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.
en lo rudo del trabajo, ayúdame;
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme;
en las tentaciones y peligros, defiéndeme;
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.
ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN
En las dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
ORACIÓN A LA REINA DE LOS ÁNGELES
¡Oh Augusta Reina de los Cielos y
Señora de los Ángeles! Pues has recibido de Dios el
poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, le suplicamos humildemente, envíanos las legiones angélicas, para que bajo tu mando, persigan a los demonios, combatan contra ellos en todas partes, repriman su audacia y los sepulten en el infierno.
poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, le suplicamos humildemente, envíanos las legiones angélicas, para que bajo tu mando, persigan a los demonios, combatan contra ellos en todas partes, repriman su audacia y los sepulten en el infierno.
Santos ángeles y arcángeles;
defiéndenos, guárdanos- ¡Oh buena y tierna Madre! Tú eres
siempre nuestro amor y nuestra esperanza. ¡Oh divina Madre! envía los santos ángeles para
defenderme y para rechazar lejos el demonio, mi cruel enemigo.
siempre nuestro amor y nuestra esperanza. ¡Oh divina Madre! envía los santos ángeles para
defenderme y para rechazar lejos el demonio, mi cruel enemigo.
San Miguel Arcángel, ruega por nosotros
San Gabriel Arcángel, ruega por nosotros.
San Rafael Arcángel, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rueguen por nosotros,
Coros Angélicos, rueguen por nosotros.
San Gabriel Arcángel, ruega por nosotros.
San Rafael Arcángel, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rueguen por nosotros,
Coros Angélicos, rueguen por nosotros.
Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.
ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA
Oh María, sin pecado concebida
rogad por nosotros que recurrimos a Vos
sin tardanza pregona lengua mía
las glorias y alabanzas de María
atiende a mi socorro, gran Señora
y ampárame tu diestra protectora.
rogad por nosotros que recurrimos a Vos
sin tardanza pregona lengua mía
las glorias y alabanzas de María
atiende a mi socorro, gran Señora
y ampárame tu diestra protectora.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un
principio, sea ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Amén.
CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA (Papa Pío XII)
¡Oh Reina del Santísimo
Rosario, auxilio de los cristianos, refugio del género humano, vencedora de
todas las batallas de Dios! Ante vuestro Trono nos postramos suplicantes,
seguros de impetrar misericordia y de alcanzar gracia y oportuno auxilio y
defensa en las presentes calamidades, no por nuestros méritos, de los que no
presumimos, sino únicamente por la inmensa bondad de vuestro maternal Corazón.
En esta hora trágica de la
historia humana, a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, nos entregamos y nos
consagramos, no sólo en unión con la Santa Iglesia, cuerpo místico de vuestro
Hijo Jesús, que sufre y sangra en tantas partes y de tantos modos atribulada,
sino también con todo el Mundo dilacerado por atroces discordias, abrasado en
un incendio de odio, víctima de sus propias iniquidades.
Que os conmuevan tantas ruinas
materiales y morales, tantos dolores, tantas angustias de padres y madres, de
esposos, de hermanos, de niños inocentes; tantas vidas cortadas en flor, tantos
cuerpos despedazados en la horrenda carnicería, tantas almas torturadas y agonizantes,
tantas en peligro de perderse eternamente.
Vos, oh Madre de
misericordia, impetradnos de Dios la paz; y, ante todo, las gracias que pueden
convertir en un momento los humanos corazones, las gracias que preparan,
concilian y aseguran la paz. Reina de la paz, rogad por nosotros y dad al mundo
en guerra la paz por que suspiran los pueblos, la paz en la verdad, en la
justicia, en la caridad de Cristo. Dadle la paz de las armas y la paz de las
almas, para que en la tranquilidad del orden se dilate el reino de Dios.
Conceded vuestra protección a los
infieles y a cuantos yacen aún en las sombras de la muerte; concédeles la paz y
haced que brille para ellos el sol de la verdad y puedan repetir con nosotros
ante el único Salvador del mundo: Gloria a Dios en las alturas y paz en la
tierra a los hombres de buena voluntad.
Dad la paz a los pueblos
separados por el error o la discordia, especialmente a aquellos que os profesan
singular devoción y en los cuales no había casa donde no se hallase honrada
vuestra venerada imagen (hoy quizá oculta y retirada para mejores tiempos), y
haced que retornen al único redil de Cristo bajo el único verdadero Pastor.
Obtened paz y libertad completa
para la Iglesia Santa de Dios; contened el diluvio inundante del neopaganismo,
fomentad en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y
del celo apostólico, a fin de que aumente en méritos y en número el pueblo de
los que sirven a Dios.
Finalmente, así como fueron
consagrados al Corazón de vuestro Hijo Jesús la Iglesia y todo el género
humano, para que, puestas en El todas las esperanzas, fuese para ellos señal y
prenda de victoria y de salvación; de igual manera, oh Madre nuestra y Reina
del Mundo, también nos consagramos para siempre a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón,
para que vuestro amor y patrocinio aceleren el triunfo del Reino de Dios, y
todas las gentes, pacificadas entre sí y con Dios, os proclamen bienaventurada
y entonen con Vos, de un extremo a Otro de la tierra, el eterno Magníficat de
gloria, de amor, de reconocimiento al Corazón de Jesús, en sólo el cual pueden
hallar la Verdad, la Vida y la Paz.
ORACIÓN A MARÍA MADRE
SALUDO A LA VIRGEN MARÍA (S. Francisco)
Salve, Señora, santa Reina,
santa Madre de Dios, María,
que eres virgen hecha iglesia
y elegida por el santísimo Padre del cielo,
a la cual consagró Él
con su santísimo amado Hijo
y el Espíritu Santo Paráclito,
en la cual estuvo y está
toda la plenitud de la gracia y todo bien.
santa Madre de Dios, María,
que eres virgen hecha iglesia
y elegida por el santísimo Padre del cielo,
a la cual consagró Él
con su santísimo amado Hijo
y el Espíritu Santo Paráclito,
en la cual estuvo y está
toda la plenitud de la gracia y todo bien.
Salve, palacio suyo;
salve, tabernáculo suyo;
salve, casa suya.
salve, tabernáculo suyo;
salve, casa suya.
Salve, vestidura suya;
salve, esclava suya;
salve, Madre suya
y todas vosotras, santas virtudes,
que sois infundidas por la gracia
e iluminación del Espíritu Santo
en los corazones de los fieles,
para que de infieles hagáis fieles a Dios.
salve, esclava suya;
salve, Madre suya
y todas vosotras, santas virtudes,
que sois infundidas por la gracia
e iluminación del Espíritu Santo
en los corazones de los fieles,
para que de infieles hagáis fieles a Dios.
ORACIÓN DE S. ALFONSO
MARÍA DE LIGORIO
Santísima e Inmaculada Virgen María, oh Madre mía, a ti que
eres la Madre de mi Señor, la Reina del mundo, la Abogada, esperanza y refugio
de los pecadores, vengo ahora a pedir tu bendición.
Yo te venero, oh gran Reina, y te doy gracias por tantos
favores que me has hecho en el pasado; pero sobre todo te doy gracias por
librarme de todos los males. Te amo, oh Señora dignísima de todo amor, y por el
amor que te tengo, prometo en adelante servirte, y hacer todo lo que de mí
dependa para que otros te amen.
En ti pongo toda mi
confianza y mi esperanza de salvación. Recíbeme como a tu siervo y cúbreme con
tu manto de protección, tú que eres la Madre de la misericordia. Y puesto que
tienes tanto poder para con Dios, líbrame de las tentaciones, o al menos
obtenme la gracia de vencerlas.
Te pido un verdadero
amor a Jesús, y la gracia de una santa muerte. Oh Madre mía, por el amor que
tienes a Dios, Nuestro Señor, te ruego que seas mi ayuda en todo tiempo, pero
principalmente en el último instante de mi vida. No me dejes, Madre mía, hasta
que me veas salvo en el cielo, para bendecirte allí y cantar tus alabanzas por
toda la eternidad. Amén.
ORACIÓN A NTRA. SRA.
DE LOS DOLORES
Oh María, madre de Jesucristo y madre nuestra, tú que estás
junto a nuestras cruces como permaneciste junto a la de Jesús, sostén nuestra
fe, para que aunque estemos inmersos en el dolor, mantengamos la mirada fija en
el rostro de Cristo en quien, durante el sufrimiento extremo de la cruz, se
manifestó el amor inmenso de Dios.
Madre de nuestra esperanza, danos tus ojos para ver más allá
del sufrimiento y de la muerte, la luz de la Resurrección. Danos un corazón
sensible para seguir amando y sirviendo también en medio de las pruebas.
Oh María Madre, Virgen de los Dolores, ruega por nosotros
para que cuando el dolor nos visite logremos decir: "Hágase tu
voluntad". Amén.
ACTO DE CONSAGRACIÓN
A LA VIRGEN (S. Juan Pablo II)
Madre, como el apóstol Juan, nosotros queremos acogerte en
nuestra casa, para aprender de ti a ser como tu Hijo. "¡Mujer, aquí tienes
a tus hijos!" Estamos aquí, ante ti, para confiar a tus cuidados maternos
a nosotros mismos, a la Iglesia y al mundo entero.
Ruega por nosotros a tu querido Hijo, para que nos dé con
abundancia el Espíritu Santo, el Espíritu de verdad que es fuente de vida. Te
encomendamos a todos los hombres, comenzando por los más débiles: a los niños
que aún no han visto la luz y a los que han nacido en medio de la pobreza y el
sufrimiento; a los jóvenes en busca de sentido. A las personas que no tienen
trabajo y a las que padecen hambre o enfermedad. Te encomendamos a las familias
rotas, a los ancianos que carecen de asistencia y a cuantos están solos y sin
esperanza.
Oh Madre, que conoces
los sufrimientos y las esperanzas de la Iglesia y del mundo, ayuda a tus hijos
en las pruebas cotidianas que la vida reserva a cada uno y haz que, por el
esfuerzo de todos, las tinieblas no prevalezcan sobre la luz. A ti, Aurora de
la Salvación, confiamos nuestro camino para que bajo tu guía, todos los hombres
descubran a Cristo, luz del mundo y único Salvador, que reina con el Padre y el
Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN A NTRA. SRA. DE LA ESCUCHA
“Madre escúchame cuando recurra a Ti”
Madre de Dios y madre nuestra,
“Madre escúchame cuando recurra a Ti”
Madre de Dios y madre nuestra,
a ti acudo, con devoción filial,
en busca de consuelo.
Escúchame benignamente
y concédeme la gracia que te pido,
pues nunca abandonas a los necesitados
y siempre estás dispuesta
a perdonar las faltas
y a remediar los males.
SALVE, DEL MAR ESTRELLA
Salve, del mar Estrella,
salve, Madre sagrada
de Dios y siempre virgen,
puerta del cielo santa.
salve, Madre sagrada
de Dios y siempre virgen,
puerta del cielo santa.
Tomando de Gabriel
el “Ave”, Virgen alma,
mudando el nombre de Eva,
paces divinas trata.
el “Ave”, Virgen alma,
mudando el nombre de Eva,
paces divinas trata.
La vista restituye,
las cadenas desata,
todos los males quita,
todos los bienes causa.
las cadenas desata,
todos los males quita,
todos los bienes causa.
Muéstrate madre, y llegue
por ti nuestra esperanza
a quien, por darnos vida,
nació de tus entrañas.
por ti nuestra esperanza
a quien, por darnos vida,
nació de tus entrañas.
Entre todas piadosa,
Virgen, en nuestras almas,
libres de culpa, infunde
virtud humilde y casta.
Virgen, en nuestras almas,
libres de culpa, infunde
virtud humilde y casta.
Vida nos presta pura,
camino firme allana,
que quien a Jesús llega
eterno gozo alcanza.
camino firme allana,
que quien a Jesús llega
eterno gozo alcanza.
Al Padre, al Hijo, al Santo
Espíritu alabanzas;
una a los tres le demos,
y siempre eternas gracias.
Espíritu alabanzas;
una a los tres le demos,
y siempre eternas gracias.
Amén.
ORACIÓN A NTRA. SRA.
DE LA CONFIANZA
Madre mía,
a Ti acudo,
con filial afecto,
en busca de consuelo
en todas mis necesidades.
Confío plenamente
en que puedes ayudarme
y concederme la gracia que te pido,
pues nunca abandonas
a los que con fe y devoción
solicitamos tu ayuda y misericordia.
Sé que tu corazón compasivo
encontrará en mis miserias,
en mis penas y sufrimientos
un motivo para atender mi súplica.
ORACIÓN A NTRA. SRA.
DEL PERDÓN
Madre de Dios y madre nuestra,
ante tu imagen,
con fe y devoción,
te pido perdón por mis faltas,
pasadas y presentes,
y por aquellas que
pueda cometer en el futuro,
pues soy débil y necesito tu ayuda y protección
para seguir los mandatos de tu hijo Jesucristo
y conseguir, por tu intercesión, la vida eterna.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA BONDAD
Madre de Dios y
Madre nuestra,
a Ti acudo con
devoción filial
en busca de tu
amparo
y tu consuelo.
A pesar de mis
faltas,
escúchame
benignamente,
pues siempre
atiendes
a los más
necesitados.
Madre de Bondad,
acompáñame en la
soledad,
asísteme en la
enfermedad.
auxíliame en los
peligros,
defiéndeme de mis
enemigos,
y abrázame en las
dificultades.
Madre del divino
amor,
fuente de
esperanza,
concédeme las
gracias que te pido
y sé mi intercesora
delante de tu Hijo.
LAS TRES AVEMARÍAS
Oh Madre de
Dios y Madre de todas las gracias: por las muchísimas que te concedió la
Santísima Trinidad, y particularmente por tu poder, sabiduría y ardiente
caridad, te suplico nos concedas a nosotros participar de estas gracias, como
participan los hijos de los bienes de sus padres, y especialmente nos concedas
la gracia que te pedimos en esta novena honrando en ti al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo. Amén.
(Petición).
1.- Oh Virgen
poderosísima: así como Dios Padre, en su munificencia omnipotente, levantó tu
alma sobre un trono de gloria sin igual, hasta el punto de que, después de él,
eres la más poderosa en el cielo y en la tierra, así también te suplico que me
asistas en la hora de la muerte, para fortificarme y rechazar de mí toda potestad
enemiga.
Avemaría.
2.- Oh Virgen
sapientísima: así como el Hijo de Dios, conforme a los tesoros de su sabiduría,
te adornó y llenó maravillosamente de ciencia y entendimiento, de tal modo que
gozas del conocimiento de la Santísima Trinidad más que todos los santos
juntos, y como sol brillante, con la claridad de que te ha embellecido, adornas
todo el cielo, así también te ruego me asistas en la hora de la muerte, para
llenar mi alma de las luces de la fe y de la verdadera sabiduría, para que no
la oscurezcan las tinieblas de la ignorancia y del error.
Avemaría.
3.- Oh Virgen amantísima: así
como el Espíritu Santo te llenó por completo de las dulzuras de su amor y te
hizo tan amable y tan amante que, después de Dios, eres la más dulce y la más
misericordiosa, así también te ruego me asistas en la hora de la muerte,
llenando mi alma de tal suavidad de amor divino, que toda pena y amargura de
muerte se cambie para mí en delicias.
Avemaría.
MEMORARE
No me
desampare tu amparo,
no me falte tu piedad,
no me olvide tu memoria.
Si tú, Señora, me dejas, ¿quién me sostendrá?
Si tú me olvidas, ¿quién se acordará de mí?
Si tú, que eres Estrella de la mar
y guía de los errados, no me alumbras, ¿dónde iré a parar?
No me dejes tentar del enemigo,
y si me tentare, no me dejes caer,
y si cayere, ayúdame a levantar.
¿Quién te llamó, Señora, que no le oyeses?
¿Quién te pidió, que no le otorgases?
no me falte tu piedad,
no me olvide tu memoria.
Si tú, Señora, me dejas, ¿quién me sostendrá?
Si tú me olvidas, ¿quién se acordará de mí?
Si tú, que eres Estrella de la mar
y guía de los errados, no me alumbras, ¿dónde iré a parar?
No me dejes tentar del enemigo,
y si me tentare, no me dejes caer,
y si cayere, ayúdame a levantar.
¿Quién te llamó, Señora, que no le oyeses?
¿Quién te pidió, que no le otorgases?
ORACIÓN DEL PADRE PÍO A LA VIRGEN
Santísima Virgen
Inmaculada y Madre mía María, a ti que eres la Madre de mi Señor, la Reina del
mundo, la Abogada, la Esperanza, el Refugio de los pecadores, recurro hoy, yo
que soy el más miserable de todos, te venero, oh gran Reina y te agradezco por
todas las gracias me has dado hasta ahora, especialmente haberme librado del
infierno, tantas veces merecido por mí.
Yo te amo, Señora
amabilísima, y por el amor que te tengo, prometo querer servirte siempre y
hacer todo lo que pueda para que tú seas amada más por los demás.
Pongo en ti,
después de Jesús, todas mis esperanzas, toda mi salud, acéptame como tu siervo,
y acógeme bajo tu manto, tú, Madre de Misericordia.
Y ya que eres tan
potente ante Dios, líbrame de todas las tentaciones o obténme la fuerza de
vencerlas hasta la muerte.
A ti te pido el
verdadero amor a Jesucristo, de ti espero hacer una buena muerte, Madre mía,
por el amor que tienes a Dios, te ruego me ayudes siempre, pero más en el
último momento de mi vida. No me abandones hasta no verme salvo en el cielo,
bendiciéndote y cantando tus misericordias por toda la eternidad.
Amén.
ORACIÓN A MARÍA MADRE
Préstame Madre tus
ojos
para con ellos mirar
porque si con ellos miro
nunca volveré a pecar.
para con ellos mirar
porque si con ellos miro
nunca volveré a pecar.
Préstame Madre tus
labios
para con ellos rezar
porque si con ellos rezo
Jesús me podrá escuchar
para con ellos rezar
porque si con ellos rezo
Jesús me podrá escuchar
Préstame Madre tu
lengua
para poder comulgar
pues es tu lengua materna
de amor y de santidad.
para poder comulgar
pues es tu lengua materna
de amor y de santidad.
Préstame Madre tus
brazos
para poder trabajar
que así rendirá mi trabajo
una y mil veces más.
para poder trabajar
que así rendirá mi trabajo
una y mil veces más.
Préstame Madre tu
manto
para cubrir mi maldad
pues cubierta con tu manto
al Cielo he de llegar.
para cubrir mi maldad
pues cubierta con tu manto
al Cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu
Hijo
para poderlo yo amar
pues si me das a Jesús
qué más puedo yo desear?
para poderlo yo amar
pues si me das a Jesús
qué más puedo yo desear?
Así será esta mi
dicha
por toda la eternidad.
Amén.
por toda la eternidad.
Amén.
ORACIÓN DE LA NOCHE A
LA VIRGEN MARÍA
Cuando vence la luna al sol y, la noche invita a la
calma, nuestro cansancio se pone en tus manos María.
Cuando el descanso nos lleva a la reflexión y la
oscuridad a la quietud de la noche
todo ello, lo dejamos bajo tu rostro: María.
todo ello, lo dejamos bajo tu rostro: María.
Cuando cerramos las puertas y atrás quedan luchas y
fatigas, decepciones y sufrimientos
buscamos en el silencio a una figura: eres tu María.
buscamos en el silencio a una figura: eres tu María.
Cuando hemos caminado sin obtener demasiado fruto y las
luchas nos han dejado extenuados, buscamos la fuerza de Dios, con alguien
que vive a su lado: María.
Cuando pensamos que todo ha acabado, que todos los días
son iguales y que no merecen la pena ser vividos, buscamos un reconstituyente
de esperanza: tú eres María.
Déjanos, Madre y Virgen, antes de caer en el dulce
sueño, poner en tus manos lo que, en esta mañana, quisimos fuera
sincera realidad:
Si no estuvimos a la altura….perdón, Señor
Si olvidamos tu presencia….perdón, Señor
Si no crecimos en honestidad….perdón, Señor
Si, la fe y la esperanza, no las cuidamos….perdón, Señor.
Si olvidamos tu presencia….perdón, Señor
Si no crecimos en honestidad….perdón, Señor
Si, la fe y la esperanza, no las cuidamos….perdón, Señor.
María, mientras dormimos te pedimos que veles nuestro
sueño que inclines tu rostro de Madre sobre nosotros tus hijos y que,
mañana cuando despertemos, Dios nos dé otra oportunidad para seguir siendo
amigos de Jesús.
Amén.